
Te quedaste en mi interior. Te fuiste pero te quedaste. Permaneces dentro de mí, cada minuto que pasa me lo recuerdas. Vas golpeando mi frágil corazón y acabarás con él. No soy yo la culpable de tus problemas, no soy yo la que tiene que pagar tus estúpidos errores, no soy yo la que tiene que aprender ni soy yo la que tiene que subir tu ego. Ya me cansé de ello. Sabiéndolo voy a ser la idiota que siga soñando, la que no se cansa de imaginar, la que va a seguir pintándolo todo bonito aun y sabiendo que eres de los que toman y dejan. Te acercas, mi corazón te espera, mi ser te está reclamando a gritos, te necesita. Tú te acercas pero sin aprecio alguno, me miras detenidamente, tus ojos en los míos, me tientas... pero no soy capaz y aparto la mirada. Te vas, arrepentida grito tu nombre pero no haces ni el más mínimo intento de girarte. Sigues andando. El dolor se apodera de mí, la alegría huye y el sufrimiento me envuelve. La gente pregunta, yo finjo estar bien. Pasan horas, ninguna sonrisa apareció en mi cara desde que te fuiste. Vuelves, te veo a lo lejos, te cansaste de estar con ella y ahora acudes a mi. ¿Crees que soy tu juguete de usar y tirar? Estás muy equivocado. Me tomas y me dejas. Juegas y te cansas. Me llamas y no me hablas. Me rindo.


No hay comentarios:
Publicar un comentario